Cuando se comparó el virus de 1918 con el actual, el virólogo estadounidense Jeffery Taubenberger descubrió que únicamente hubo alteraciones en solo 25 a 30 aminoácidos de los 4.400 que componen el virus. Estos ligeros cambios pueden convertir al virus en una enfermedad que se puede transmitir de persona a persona.1
Actualmente, existen algunas mutaciones del virus H1N1 en la vida silvestre, causando al menos la mitad de infecciones de gripe ocurridas durante el año. 2006.
Desde mediados de marzo de 2009, al menos 900 casos mortales han ocurrido en Europa y América por la pandemia de una nueva cepa de H1N1, otras 100 muertes en México aún no están oficialmente confirmadas como casos de influenza H1N1. La situación al 14 de junio del 2009 registrada por la OMS es de 29.669 casos confirmados de gripe provocada por la nueva cepa del virus H1N1 y cientos de casos mortales en total a nivel mundial. Haciendo un seguimiento diario de los últimos datos publicados por la OMS, el número de pacientes declarados se dobla cada día en distintos países
Un problema muy frecuente es confundir los síntomas de la influenza A H1N1 con el resfriado común, que también es una enfermedad respiratoria causada por un virus diferente, que es más leve y no tiene consecuencias graves.
Existen algunos tips que nos permiten identificar rápidamente ambos padecimientos para recurrir al médico y evitar la muerte.
Mientras la influenza se caracteriza por producir síntomas de malestar general y respiratorio tan intensos que pueden generar incapacidades médicas y laborales de una semana o más, llevando al paciente incluso a la muerte; la gripe o resfriado común dura dos o tres días se desarrolla gradualmente y se experimenta moqueo y congestión nasal.
La influenza debido al virus A H1N1 ocasiona una enfermedad grave, altamente contagiosa, que afecta por igual a hombres y mujeres de todas las edades y se manifiesta súbitamente con malestar general, fiebre, escalofrío, tos seca, congestión nasal y conjuntival, dolor de garganta, dolor de cabeza, náuseas, vómito, dolor abdominal y muscular.
Puede producir neumonía viral y favorece la infección con bacterias. También ocasiona otitis, sinusitis, síndrome de Reye (falla hepática fulminante, coma y muerte). Además, con mucha frecuencia, lleva a hospitalización y puede ocasionar la muerte por agravamiento de enfermedades previas (en especial, en personas diabéticas, asmáticas, bronquíticas y otras) o por sí misma.
La influenza A H1N1 es fácilmente transmisible de persona a persona y altamente contagiosa, en especial en grupos cerrados y en espacios con poca ventilación. La tos o un estornudo esparcen múltiples partículas del virus hasta un metro de distancia, las cuales entran en contacto con las vías respiratorias. En cualquier parte se puede adquirir este virus: en la casa, en una fila o en el trabajo; inclusive, en algunas ocasiones al tocar la nariz o la boca después de tener en la mano un objeto contaminado.
Entre tanto, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan la vacunación para la población en general, dado que las personas que no están incluidas en los grupos de riesgo (niños, adultos mayores, personas con enfermedades como cáncer y diabetes y embarazadas), pueden ser afectadas por el virus y transmitirlo a otros.
¿Qué hacer?
1. Es importante tener en cuenta otras medidas adicionales de prevención como una alimentación saludable, lavarse las manos con agua y jabón o usar gel desinfectante para su limpieza antes de tocarse los ojos, nariz o boca y luego de toser o estornudar; antes de preparar o manipular alimentos o antes de comer; al salir del baño; y al utilizar el transporte público, entre otras.
2. Se recomienda uso de pañuelos desechables y el utilizar tapabocas si se siente enfermo o con síntomas de gripe para evitar el contagio a otras personas que están a su alrededor especialmente si ellos están dentro de los grupos de riesgo como son las embarazadas, enfermos crónicos, adultos mayores, niños y personas con enfermedades o tratamientos que bajan las defensas.
3. En caso de presentar los síntomas descritos o de enfermedad respiratoria lo mejor es no auto-recetarse (especialmente no tomar antibióticos o ácido acetil salicílico), consultar a su médico y seguir las instrucciones de las autoridades de salud.