POR MANUEL VEGA
Hato Mayor del Rey, es un pueblo muy particular de la República Dominicana, dónde la calidad humana de sus habitantes van marcando que serán en el mañana sus descendientes.
Es un pueblo muy heterogéneo y sui generis, muy singular, pero que han sabido abrirse paso al escalar perdaños que para muchos resultan insospechados.
Lo escrito más arriba como preámbulo, es para referirme al talento de nuestro coterráneo y colega periodista, Diógenes Pina, quien en una ocasión llegó a comunicarme que para completarse como hombre solo le hacía falta escribir un libro.
Es sabido de fuente familiar que pondrá en circulación su libro «Sueños de Octubre, el arte de la entrevista», el próximo sábado 18 de octubre, durante un acto que se celebrará en el Hotel Don Olivo, en Hato Mayor del Rey, su pueblo natal.
Por lo que me cuentan y he leído en algunos portales digitales, la obra es una recopilación de entrevistas realizadas por el autor a lo largo de su amplia trayectoria en medios de comunicación.
Parece ser que «Sueños de Octubre» agrupa conversaciones profundas con reconocidas figuras nacionales e internacionales del mundo de la política, el arte, la cultura, el deporte y la filantropía.
La obra destaca una entrevista al presidente Luis Abinader, realizada antes de su llegada al poder, así como encuentros memorables con íconos del espectáculo como Johnny Ventura y Rafael Solano, y del ámbito literario, como el escritor Junot Díaz, radicado en Nueva York.
El libro cuenta con una presentación del también periodista Fausto Rosario Adames, quien asegura que Pina «ha hecho una colección y selección de piezas que son verdaderas joyas del periodismo de entrevistas en la República Dominicana.
El su tratado reflexiona sobre que «el periodismo pasa hoy por una de sus peores etapas de su historia.
Escribe que ha sido asaltado por usurpadores y asediado por la superficialidad, corroído por la mediocridad
y la superficialidad.
Considera que las «redes sociales han fagocitado el ejercicio periodístico, y lo han ido reduciendo en su dimensión, su fuerza, su impacto y su diversidad.»
Decirle a quienes tengan la oportunidad de leer estás líneas, que por coincidencia de la vida el nobel escritor lleva el mismo nombre que su progenitor, que se llamaba Diogenes Pina.
Las habilidades innatas del periodistas, no son fortuitas ni robadas, pero aseguro que fueron heredadas del «Saca Muela» del pueblo, como llegó a ser nombrado su honrado padre, que creo fue el que más piezas bucales extrano a ciudadanos de este pueblo.
El talento no le llegó sólo, y no me sorprende de su zagacidad intelectual, pues hasta jugando basket en la cacha municipal, dió notación de extraordinarias habilidades.
En hora buena llegó tu libro hermano. Lo compraré y leeré, seguro de saber que tiene una formidable redacción y buen enfoque del tema tratado.