MANUEL A. VEGAatacando10@hotmail.com
MICHES.- Un hombre de poca estatura, con rasgos de demencias, pero que habla con coherencias y que se alimenta de frutas silvestre, lleva meses viviendo entre los arbustos del santuario de agua dulce conocido como salto de La Jalda, a unos 35 kilómetros al oeste de Miches y a igual distancia del costero municipio de Sabana de la Mar.
Campesinos de Miches pidieron a las autoridades indagar la procedencia del hombre, de escaso hablar, pero muy observador, para determinar si se trata de un prófugo o fugtado de una cárcel del país..
Nadie sabe cómo se llama, donde vive, pero muchos menos de donde viene, pero se le ve a menudos en plantaciones de cacao y café que abundan en la zona.
Para muchos lugareños, el extraño hombre de unos 4.5 pies de estatura, unos 55 años, delgado, color claro y con dificultad en uno de sus ojos, está oculto en la zona huyendo a alguna persecución judicial.
Nadie sabes su nombre, nadie lo conoce ni cómo y por qué llegó a aquella apartada comunidad.
Cuando fue captado por el lente de nuestra cámara, cruzaba el río Maguá, vestía un pantalón color kaki, poloshirt azul con una escritura que se lee “Esprit”, sin zapatos en sus pies.José Noli Hernández, nativo del lugar, quien sirvió de guía para llegar al salto de La Jalda, ubicado en el Parque Nacional Saltos de la Jalda, reveló que el hombre es extraño y que no se sabe donde pernocta y de que se alimenta.
“Presumimos que se alimenta de frutas, porque no se ha encontrado señal de candela en la zona. Anda siempre con la misma ropa: se le ve a veces bañándose en los charcos del río Magua, pero en lugares por donde casi no cruza gente”, explicó.
Dijo que cuando presiente la presencia de gente, inicia un silbato que se confunde con el canto del ruiseñor y que se oculta entre los árboles, como si estuviera huyendo de algo.
