LA CASA UNIVERSITARIA, MI CASA
Primera parte
Por Agustín Vega
Concluido mis estudios del bachillerato en 1983 en el Liceo César Nicolás Penson en Hato Mayor, fijé mi meta para ingresar a la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Previamente realice diligencias para encontrar alojamiento en Santo Domingo donde un familiar, pero eso no fue posible.
Francisco Rosario Padilla, un amigo y compañero dirigente estudiantil de la Juventud de Avanzada Socialista ( JAS) en nuestro liceo me motivó para ir a residir a la Casa Universitaria de Hato Mayor, casa bajo la responsabilidad de la Asociación de Estudiantes Universitarios de nuestro pueblo.
Francisco Rosario Padilla, hoy es un excelente doctor el Derecho, habló por mi llevando una carta con lo que ingreso fue aprobado.
Mi matricula es 861184 de julio de 1983 para realizar dos semestres del Colegio Universitario ( CU). Es asi como llego a la Casa Universitaria, con un bulto conteniendos mis utensilios personales como sábanas, toallas, cepillo, pasta dental, jabón, ropas , entre otros.
La Casa Universitaria de Hato Mayor estaba ubicada en la avenida Duarte #288 altos, esquina Ernesto Gómez, Villas Agrícolas, era un local de dos níveles, abajo funcionó durante muchos años la Vidriería Duarte, atendida por su propietario don Luis.
En segundo nivel la Casa Universitaria, con las escaleras de entrada por la Ernesto Gómez, debajo de la escalero una cisterna con agua permanente, galería corrida, un salón amplio, cocina, continúo a la cocina una habitación pequeña, baño, dos habitaciones más.
En la habitación pequeña una cama de doble, tipo camarote, las restantes habitaciones con capacidad para cuatro camas cada una, con espacios para desplarse sin incovenientes.
La casa era dirigida por un Comité integrado por tres compañeros que residían en ella acompañado de un reglamente para mantener el orden, la disciplina y la limpieza del lugar. En la azotea estaba el área para lavar
Debo decir que la limpieza de la casa era diaria, asignada a dos compañeros por día, comprar el periódico diario, no dejar objetos personales en el baño, y cuando se cocinaba fregar los trastes, limpiar la estufa, así como mantener su cama arreglada.
Cuando llegué se pagaban cien pesos ($100.00) de alquiler, los residentes pagaban una cuota mensual de dos pesos, el Comité estaba autorizado aplicar multas y sanciones, incluida la expulsión a quienes violentaran las normas establecidas y el reglamento.
El Ayuntamiento Municipal de Hato Mayor otorgaba una mensualidad de $125 ( ciento veinticinco pesos) para pagar el alquiler de la casa, así como los servicios de teléfono y electridad.
La próxima semana le digo con quienes comparti mi paso por la Casa Universitaria y hacia qué barrio hubo que trasladarla
La Casa Universitaria, es mi casa