POR FAUSTO PIÑA/Almomento.net
Definir una palabra siempre nos permite saber lo que queremos decir y aprender. Los idiomas tienen palabras y las palabras significados. «Desconfianza .n. f. Falta de confianza». Desconfiar «Tener desconfianza: desconfiar de alguien». Entonces desconfiar es lo inverso a confiar. Confiar «Tener confianza, seguridad. 2. Poner una persona o cosa al cuidado de alguien.3. Decir, explicar en confianza… 4. Franquearse». Dicc. L. Encl. 2000.
Los tiempos que se viven, se han tornado muy difícil, debido a que el hombre, no confía en el hombre, lo cual es una gran pérdida de la humanidad. Esta actitud ha puesto que el hombre considere que el prójimo es su contrario, lo que puede conducir a enfermedades o empeorar otras ya existentes. Este comportamiento es una falta grave del desarrollo social del individuo y por ende de la sociedad circundante.
La sociedad en sí, cuando pierde los valores es como un barco a la deriva. Siempre hay que entender que la fortaleza de una sociedad, cualesquiera que sea, depende en gran medida de la unidad de ella, como expresa el dicho «la unión hace la fuerza». La desconfianza aleja a los individuos, separándolos a unos de los otros, causando así divisiones que alteran el buen funcionamiento de un pueblo, familia u organización.
Los grupos religiosos contribuyen a fomentar la desconfianza entre las personas, debido a la mala interpretación que hacen de las Escrituras, enseñando que Dios no quiere que el hombre confíe en el hombre.
Esta mala interpretación, lleva a que el hombre se aparte de importantes enseñanzas, como son el amor, la bondad, la misericordia, la paz, entre otras virtudes del espíritu, que hacen posible la superación de la persona.
El profeta Jeremías, debido a la falsa confianza que tenía el pueblo de Israel en Egipto, en Siria, o en sus poderes, habían aprendido a confiar más en el hombre que en Dios, incluyendo el caso de la salvación. Por tanto, le dijo: «Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que vivirá en sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada» Jer. 17:5, 6.
En verdad Dios quiere que el hombre confíe en el hombre. La venida de Jesucristo al mundo, fue además de atraer al hombre a Dios, fue también para unir a la humanidad. Trayendo al hombre hacía el hombre, de ahí que su iglesia está compuesta por hombres y mujeres, quienes forman un cuerpo, una familia, un reino y pueblo, en el cual se proclama la unidad como una forma de espiritualidad y consagración a Dios.
La desconfianza es una forma de Satanás destruir la hermosa creación de Dios :hombre, mujer. Todo tipo de destrucción inicia con la desconfianza, por lo que se debe trabajar en formar personas honestas, serias, sinceras capaces de dar valor a sus vidas en sociedad. Hay que tratar de educar en valores, para erradicar dichos como «en la confianza es que está el peligro». Debemos saber que somos seres inteligentes y creados a imagen y semejanza de Dios.
Hoy debemos crear un nuevo hombre, un nuevo pensamiento que nos lleve a una nueva sociedad, como Dios quiere. De ahí que, se debe volver a los principios que Jesucristo nos enseña en su palabra: Arrepentirse, convertirse, volver a Dios, negarse a si mismo, formando así una conducta colectiva, pero partiendo de lo particular a lo general.; eso es educar para la vida. Ser sociable, requiere de confianza.
Un error del hombre y una obra satánica es la división del hombre en sociedad, lo cual, ha incrementado la desconfianza en las demás clases sociales. Aunque es difícil regresar a una sociedad de igualdad, pero sería un gran paso que el ser humano no se divida por recursos económicos,, ni por capacidad intelectual, ni por color de piel, ni por religión, ni por política, ni por otras cosas; las diferencias deben servir para obrar el bien en y por los demás.
Una sociedad en confianza, de tú a yo; de yo a tú, construye el nosotros, que sería la mayor felicidad del hombre, Confiar debe surgir de los valores que ya tenemos y de la educación en una fe común. Dios es la fuente de la confianza y el camino a seguir si queremos entrar al reino de Dios. La presencia de Jesucristo es el Camino, la Vida, y la Verdad a seguir para lograr el bienestar común y personal. Confiar en Dios y en el hombre.