A Jorge Rijo (Don Nene) su gran humanismo le granjeó el respeto de los hatomayorenses
Llegó a popularizar en eventos, reuniones, tertulias familiares y de amigos la frase “Esto es más grande que el Océano Atlántico”, con lo cual buscaba valorar y dimensionar sus ideas
POR MANUEL ANTONIO VEGA
La grandeza de su corazón, la vocación de servicio y el amor al prójimo, están entre las razones que convirtieron a Don Jorge Rijo (Nene) en un próspero productor de ganado, cacao y cítrico, y ser respetado, conocido, querido y admirado en la región Este.
Fue el hacendado más popular que conocí.
Nació el 23 de abril de 1930, cuando se iniciaba la tiranía de Trujillo y la situación económica del país era realmente critica. Era hijo del hacendado Santo Rijo (fallecido).
Para el 1955 Don Nene se unió en matrimonio con Fulgencia Zorrilla (Argentina), lazo que sirvió para fortalecer y progresar juntos en el área agrícola, la ganadería, la producción de cacao y cítrico que eran el fuerte en su hacienda de El Rancho, en El Seibo.
“Esta es la finca de la abundancia”, se ufanaba decir, al sostener que era modelo y diversificada en la producción.
Este hombre era muy cauto al hablar, pero de una voz sonora, que destapa casi los tímpanos del oído al emisor que tenía a su alrededor.
Cuando nació en el país había pocas vías de comunicación y tenía que ayudar a su padre, Santo Rijo a transportar los productos agrícolas a la carretera que comunicaba a Hato Mayor con Sabana de la Mar, a una plaza para comercializarlo.
Era una época difícil, pues para entonces se construían las vías con picos y palas y se cargaba la granzas o material de mina a loma de mulos y bueyes. Trujillo, según llegó a narrar al periodista Manuel Antonio Vega de Atacandodigitalrd.com Trujillo Molina fue quien arregló el país, haciendo carretera y poniendo a trabajar al hombre del campo.
Se apartó de su padre en el año 1954, tratando de hacer su propia producción y cambiar de rumbo su vida y para el 1955 contrajo nupcias con Fulgencia Zorrilla, lazos que sirvió para progresar juntos en el área agrícola, que fortalecieron, predominando la ganadería, la producción de cítrico y cacao.
Llegó a producir en abundancia el aguacate, aguacate, yuca, plátano, guandules y maíz, este último para dar de comer las aves domestica y no tener comprar en los almacenes.
El agua no faltó en su hogar, porque siempre fue su preocupación, por lo que ordenó en el patio de su casa, en El Rancho, la construcción de un aljibe de hondo calado, del cual se suplían los vecinos de la comarca.
Su destacada labor de productor de ganado, cítrico y cacao le sirvió para ser reconocido en múltiples ocasiones, por las asociaciones de ganaderos, cerdos y otros clubes sociales de la ciudad de Hato Mayor del Rey.
Como ser humano, Don Nene Rijo fue un ser extraordinario y sensible, a pesar de la abundancia que le rodeaba, siendo uno de los hacendados más sensibles que conocí en el paraíso terrenal.
Era rico en la crianza de aves y animales domésticas, como gallina, chivo, cerdo, guinea, los cuales eran utilizados en el consumo y dar de comer al visitante
Un productor destacado cría hijos destacados, por eso de su feliz unión matrimonial con Argentina Zorrilla, Don Nene Rijo procreó cinco hijos: Yoni Rafael, doctor en derecho (Fue fiscal Hato Mayor); Leyda Aracelis, secretaria; Primitivo, Pedro Julio y Alexis Alejandro Rijo Zorrilla.
En adición a su exitosa carrera como productor, nuestro protagonista fue un personaje que tipificó al verdadero hombre del campo