POR MANUEL ANTONIO VEGA
VICENTILLO, El Seibo.- Ellas comenzaron tostando cacao en caldero con leña, exponiéndose al humo, pero hoy son un grupo de empresarias, que fabrican el vino, chocolate, bombones y otros subderivados del cacao, que colocan en los hoteles de Bávaro y Punta Cana, así como en los supermercados del país.
Hablamos de la Asociación de Mujeres Esperanza Unidas de Vicentillo en la provincia de El Seibo, la cual iniciaron a procesar el cacao en el primer quinquenio de la década de 1970.
La entidad nació cuando doña Juana Sosa, socia fundadora convocó a un puñado de mujeres campesinas a unirse para procesar el cacao en chocolate artesanal y añejar el néctar o jugo del cacao, para extraer el vino del grano aromático.
Con altas y bajas, el grupo nunca desmayó y se tomaron casi 40 años poder decir: «Ya somos una empresa», que además de haber mecanizado la producción de vino, dulce y chocolate son una fuente generadora de empleos, y reparten riquezas y bienestar en la comunidad.
La terquedad tuvo esta vez su recompensa.
Buscan en el futuro coronar sus aspiraciones de exportar su producción al
extranjero.
Con su esfuerzo y sacrificio han salido de la oscuridad a la luz empresarial.
Nadie sabes más que ella convertir el cacao en productos asequibles al paladar humano.
Las productoras Estéfany y Scarlin Pérez, miembras de la asociación, a las que además se les nota el entusiasmo y la alegría, sostienen que la Asociacion Esperanza Unida, es el estanarte económico del distrito municipal San Francisco-Vicentillo, lo que ha favorecido que las hijas de las socias no tengan que emigrar, si no que le van dejando como legado la unidad y la política asociativa en la zona.
Sostienen que la «mejor vida» está brotando de esas máquinas modernas, que «nos han ayudado a coronar éxitos cada día».
Hoy las productoras exhiben fortaleza, de su saber hacer , con esfuerzo y perseverancia.
Al día de hoy tienen una gran demanda del cacao procesado por estas esforzadas y tenaces mujeres del campo.
Sus sabrosos productos son exhibidos en ferias dentro y fuera del país, donde son aclamado y degustando a la sociedad por su aroma y consistencia.
La estructura de la fábrica procesadoras de cacao de Vicentillo fue reconstruida con ayuda de fundaciones extranjera y el Fondo Especializado de Desarrollo Agropecuario (FEDA).
BOMBONES
En la empresa se fabrican bizcochos, hojas o bombones de chocolates y otras exquisiteses, que cada día son más demandados por los consumidores.
Danilo Medina, en una de sus visitas sorpresas, se reunió con las miembras de la Asociación Mujeres Esperanza Unida y acordó que el gobierno les facilitaria un préstamo de 12 millones de pesos para comprar una nueva procesadora.
La empresa cuenta con una tostadora de cacao con capacidad para procesar 50 kilogramos del producto, 50 barricas para la fermentación del vino de cacao, una refinadora de licor, una caldera de 40 galones y una máquina industrial de presión para extraer 100 toneladas de manteca de cacao.
El vino es alejado en barriles adquiridos en Cuba, los cuales permanecen en una bodega que solo las socias pueden penetrar, como una forma de proteger la higiene y la fermentación se realice de manera natural.
La asociación es sin fines de lucro, está conformada solo por mujeres de San Francisco-Vicentillo.
Nacieron para dejar de ser amas de casas dependientes de sus maridos, así como entes productivos y útiles para su hogar y para su comunidad. En principios sus integrantes iniciaron con la fabricación de espejos y de jabones, y luego pasaron a la elaboración de productos derivados del cacao de manera artesanal, siendo de las pioneras que registran en la República Dominicana.
La producción elabarada son exhibidos en venta en la tienda de comercialización en las instalaciones de la asociación, establecida en Yabón, carretera Hato Mayor-San Francisco – Vicentillo.
El cacao es comprado a pequeños productores de cacao orgánico en la citada comunidad.